MISIONES.UNO | Con datos del INDEC, el país registra el nivel más bajo de trabajo registrado, con solo el 45% de los ocupados en empleos formales y una informalidad que trepa al 48%. En Posadas, el panorama es aún más grave: la informalidad alcanza al 55% de los trabajadores y se duplica entre empleadores, según el análisis de “El Noticiero Central” de Canal Doce.

Los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) confirman un deterioro profundo del mercado de trabajo argentino, con niveles récord de empleo informal y un retroceso histórico del trabajo registrado.
A nivel nacional, apenas el 45% de las personas ocupadas son asalariadas formales, el porcentaje más bajo de empleo registrado desde que se realizan estas mediciones. En paralelo, la tasa de empleo no registrado alcanza al 48% de la población ocupada, lo que evidencia la extensión de la precarización en todo el país.
En este contexto, Posadas aparece entre los distritos más afectados. La capital misionera registra una tasa de informalidad del 55%, lo que implica que más de la mitad de las personas que trabajan lo hacen fuera del sistema laboral formal. En un año, este indicador aumentó 11 puntos porcentuales.
Dentro de ese mismo período, la proporción de asalariados informales en Posadas pasó del 33,8% al 45,6%. Es decir, casi uno de cada dos empleados en relación de dependencia no cuenta con aportes jubilatorios, obra social ni cobertura de derechos básicos asociados al trabajo registrado.
El fenómeno no se limita al empleo asalariado. Entre los trabajadores por cuenta propia de la capital provincial, el 76,8% se desempeña en condiciones de informalidad, ya sea como monotributistas sin una relación plena de dependencia o directamente sin inscripción fiscal ni previsional. Entre los empleadores o patrones, la situación también se agravó: la informalidad casi se duplicó en un año, al subir del 18,5% al 34,3%.
De acuerdo con el análisis presentado en “El Noticiero Central” de Canal Doce, esta radiografía laboral refleja de manera directa el impacto de la crisis económica nacional sobre el empleo registrado. La combinación de recesión, elevada carga impositiva y altos costos previsionales desalienta la creación de puestos formales y empuja a empresas y trabajadores hacia esquemas informales.
Los especialistas consultados señalan que la expansión de la informalidad no solo consolida un piso histórico para el trabajo formal, sino que profundiza problemas estructurales de larga data: menor acceso a la protección social, inestabilidad de los ingresos y mayor vulnerabilidad frente a la caída de la actividad económica.
